En 1970 una nueva alumna se había incorporado a la facultad de antropología de UCLA. Menuda, sonriente, de ojos azules y cabello rubio, era ágil e hiperactiva. No podía estarse quieta. Por eso Castaneda la llamó "mi colibrí".
Florinda Donner, cuyo nombre real era Regina Margarita Thal Claussnitzer, no llegó a la antropología por vocación, sino por aburrimiento. Así me lo explicó su hermano Ulrich cuando, finalmente, tras muchos rodeos, emails y conversaciones telefónicas, pude reunirme con él y con su esposa, Clara.
-Regina era muy menuda, era sietemesina. Todos, los cuatro hermanos, nacimos en Alemania. Mi hermana mayor, que murió en 1995 en un accidente aéreo; Ludwig, que era cuatro años mayor que yo, y que murió el año pasado (2016); Regina, que tenía dos años más que yo, y yo que era el pequeño. En 1949 mis papas emigraron a Venezuela. En 1952 se compraron un terreno en Colonia Tovar y en 1967, cuando mi papa se jubila, se construye allí una casa, que es donde estuvieron Castañeda y Regina...
Me llama la atención que Ulrich en todas nuestras conversaciones, se refiere a Carlos Castaneda como Castañeda, que era su apellido real.
-Entonces tus padres -le pregunto- vivían en Colonia Tovar a partir del 67...
-No exactamente. Durante siete años ellos estuvieron haciendo lo que hacemos nosotros ahorita. Vivían en Colonia Tovar en verano, y cuando llegaba el invierno se iban a Alemania, a un pueblo de la selva de Baviera, cerca de Núremberg. Pero después de siete años se cansaron de la viajadera, vendieron la casa y se quedaron en Alemania. Allí es donde les visitó Regina con Tycho...
Ulrich se refiere a Tycho Thal, "la explorador naranja", supuesta hija de Florinda Donner y Carlos Castaneda, de la que me ocuparé más adelante...
-¿Cómo era tu hermana de pequeña?
-Era sumamente inquieta, no se cansaba nunca. A pesar de la deficiencia cardíaca que tenía, lo que en Venezuela llamamos corazón chiquito, siempre estaba de arriba para abajo. En el colegio no había fiesta donde no estuviese invitada y fuese la protagonista. Así la recuerdo yo.
-Estudió la primaria en Caracas...
-Sí, los dos estudiamos en el Colegio Humbort de Caracas, y cuando ella terminó el 6° grado de primaria, la cambiaron al colegio americano, lo que hoy es el Internacional y ahí acabo el bachillerato. Al poco tiempo de terminar el bachillerato mi madre la mando a Inglaterra para que estudiase bien el inglés. Lo que no recuerdo, porque yo estuve esos cuatro años en Alemania, es si estuvo un año o dos años en Oxford. El titulo con el que ella regresó era Bachiller en Lenguas. Eso es lo que decía mi madre. Y cuando ella regresó, como hablaba inglés muy bien, consiguió trabajo en la aerolínea VIASA. Pero no volando sino que era la encargada de recibir en el aeropuerto a los VIPs. Y ahí es donde conoció a Edward M. Stainer que fue su primer esposo. Edward era vicepresidente de la Signal Gas & Oil Company. A ella le tocó recibirlo en Maiquetía y llevarlo a Caracas. Se enamoraron y se casaron en 1966. Estuvieron unos meses viviendo en Maracaibo, Estado Zulia, y luego se fueron a México y después a Los Ángeles.
-¿Tú no asististe a la boda?
-No, porque en 1962, cuando yo estaba en 3º de bachillerato, era la época en que estaba en Venezuela la guerrilla urbana. Los que ahora están gobernando, los revolucionarios. Por todas las guarimbas se suspendían mucho las clases. Había clase dos meses, luego no había, luego había otra vez... Entonces mi madre decidió que yo termine el bachillerato en Alemania, y estuve en Alemania hasta el 67.
-0k. Entiendo que para entonces tu hermana ya está en Los Ángeles.
-Sí. Pero Edward tenía que viajar mucho a África, a Sudamérica, etc. por su trabajo, y ella se fastidiaba mucho en la casa, y a mi madre me dijo que por eso fue que ingresó en la universidad a estudiar antropología. Allí conoció a Castañeda...
Según su hermano pequeño, y último familiar vivo, Florinda Donner no ingresó en la facultad de antropología de UCLA por una vocación científica, ni mucho menos por una indicación de don Juan Matus o de Carlos Castaneda, sino por puro aburrimiento.
Allí, en UCLA fue donde Castaneda la conoció, quedando prendado de su belleza. Y ella de su carisma. Solo tardaría año y medio en divorciarse de su marido, el petrolero Edward M. Stainer, en iniciarse en la práctica del karate, a través de Taisha Abelar, y en mudarse a la casa de Castaneda con ambos.
Cuando en 1973 Ulrich viajó a Los Ángeles, y conoció personalmente a Castaneda, su hermana ya estaba con él. Pero no quiero adelantarme a los hechos en su cronología histórica...
Fragmento del libro
La Vida Secreta de Carlos Castaneda.
La Vida Secreta de Carlos Castaneda.
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